¡La vida secreta de los Psicólogos!

En este post os presentamos un vídeo de la psicóloga americana Brené Brown en él entrelaza, su trayectoria como investigadora profesional, con su itinerario personal. Éste es el caso de la mayoría de psicólogos, psiquiatras, psicoterapeutas y no digamos en el de los psicoanalistas, pues su camino siempre incluye una psicoterapia o psicoanálisis personal.

Se trata de un testimonio personal más de profesionales de la salud mental, hace unos meses en el post “Los perros ladran la caravana avanza citábamos el libro An Unquiet Mind, de la psicóloga estadounidense Kay Jamison en el que la psicóloga relata su lucha con el trastorno bipolar a lo largo de años de tratamiento.

Y nos resulta interesante compartirlos con todos nuestros lectores pues desvelan un importante aspecto que puede ser pasado por alto cuando pensamos en los profesionales del mundo Psy. Me refiero al hecho de la vulnerabilidad de los profesionales de la salud mental, quienes no solo trabajan los conflictos psíquicos de sus pacientes, sino que, como todo ser humano, también tienen que trabajar y afrontar sus propios conflictos internos. La vida secreta de los psicólogos está constituida por sus miedos e inseguridades, también por el rechazo a los traumas familiares o infantiles… En definitiva, todos somos vulnerables.

En el testimonio que os acercamos hoy, Brené Brown narra con pleno humor sus titubeos, dudas e incredulidad al iniciar su tratamiento personal, con expresiones como “lucha callejera”, “patetismo” o “verdadera contienda” es como describe el proceso que le ayudó a poner orden y equilibrio entre aspectos de su personalidad que sí la animaban al cambio y al análisis, frente a otros más vulnerables que la empujaban a la negación y el olvido.

Y es que Brown ha dedicado años de estudio e investigación a este concepto de vulnerabilidad, por medio de entrevistas, grupos de trabajo y analizando miles de historias personales. La investigadora se centra sobre todo en el mecanismo mediante el cual nos insensibilizarnos frente a ella. Que además de suponer un gran gasto de recursos y mucha energía, genera un gran problema, y es que el mecanismo de insensibilización no es selectivo. Así:

«cuando nos desconectamos de los conflictos y situaciones excesivas o dolorosas que hayamos vivido, al mismo tiempo, nos desconectamos también de las cosas que amamos, de nuestras ilusiones.»

Desde el psicoanálisis esta vulnerabilidad propia al ser humano se describe con un concepto teórico central que es el de desamparo originario; desamparo del recién nacido completamente dependiente de un adulto que él sí dispone ya de un psiquismo, mente o mundo interno.

Se trata de una Situación Antropológica Fundamental (Laplanche, 1981) e ineludible para cualquier ser humano y que es la chispa que pone en marcha nuestro aparato psíquico, constituyéndose a partir de ahí toda una serie de vías para lidiar con nuestros sentimientos. Un conjunto de estrategias que incluirán desde las más creativas o sofisticadas a las más primitivas o repetitivas y que serán producto de la personalísima e íntima historia personal. En ella las experiencias tempranas con el cuidador adulto y el entorno tienen un peso determinante.

En este sentido la psicoterapia actúa como una reactualización de aquella situación originaria y desde ahí permitir su transformación (más info sobre esta cuestión aquí).

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