La vuelta al cole que tiene lugar en el mes de septiembre supone una etapa de cambio que suele traer consigo ilusión así como incertidumbre y miedo. Estas emociones resultan inevitables aunque, la intensidad con la que se experimenten si puede variar en función del nivel de adaptación ante la novedad que tenga cada niño estando íntimamente vinculado al acompañamiento que el entorno le brinde.
Si bien, a pesar de que cada año el comienzo de las clases supone cierto nerviosismo, este año se suman a ello las consecuencias que trae consigo la pandemia del COVID-19. Y es que, ante este escenario incierto surgen todo tipo de preguntas por parte de los padres, profesores y niños como; qué protocolos sanitarios se llevarán, qué horarios se establecerán, qué método de enseñanza se llevará a cabo; si presencial u online, cómo se distribuirán las clases, seguiré con mis mismos compañeros, entre otras tantas cuestiones.
Sin embargo, los especialistas coinciden en la importancia de retomar el contacto con otros niños así como con los profesores, ambos imprescindibles para el buen desarrollo del menor. El jefe de pediatría del hospital HM Nens de Barcelona, Álvaro Díaz Comadí, apunta en cómo el aislamiento perjudica en el crecimiento de los niños ya que necesitan socializarse para poder desarrollar sus habilidades físicas, sociales y cognitivas. Así como la necesidad de una enseñanza presencial para que los profesores les ayuden a progresar en sus capacidades psicomotrices, de comunicación oral y escrita, resolución de problemas, curiosidad, imaginación, etc.
El psicólogo Ángel Peralbo, especialista en niños y adolescentes, apunta en la misma dirección al señalar que el entorno del colegio resulta favorable para que niños y adolescentes aprendan a convivir con la pandemia y a relacionarse con los nuevos parámetros de prudencia.
Por otro lado, la situación emergente parece que va a alargarse lo que supone que la angustia se va a prolongar durante este curso, por lo tanto como solución queda acotar el miedo es decir, ponerle límites y aprender a vivir con cierto temor apunta José Ramón Ubieta, psicólogo de la UOC.
La información recogida por estos profesionales puede servirnos para dar cuenta de la importancia del regreso a las clases pero sin eludir las dificultades que atañen especialmente en este año convulso. La función de los padres también resulta imprescindible en cuanto a la ayuda que pueden ofrecer a sus hijos ante la incertidumbre e inseguridades que manifiesten. Si bien, esta ayuda será diferente en función de la edad del niño.
En los más pequeños podría decirse que los padres actúan como grandes referentes y la seguridad que estos pueden aportarle puede ser muy beneficiosa, una vez que son más mayores contarles la situación que estamos viviendo -siempre con los cuidados pertinentes- puede ayudar a rebajar la angustia de los menores. Y en última instancia, con los adolescentes, mostrar las inseguridades que la situación provoca a todos, incluidos los adultos, puede influir en que tomen más prudencia en cuanto a los protocolos sanitarios establecidos, a pesar de que hay que tener en cuenta que en esta etapa suelen tomar prioridad por lo que hacen y dicen sus iguales.
En suma, teniendo en cuenta lo que los especialistas de la salud de los menores describen, en nuestra Consulta de Psicoterapia Psicoanalítica y Familiar (CPPF), nos hacemos eco de las dificultades que pueden surgir para transitar esta situación, por tanto ofrecemos ayuda tanto a aquellos padres que se encuentren desbordados, como niños y/o adolescentes que presenten un notable sufrimiento por el contexto complejo que nos atañe.
La manera en la que trabajamos con los padres consiste en establecer una escucha particular ante las dificultades y preocupaciones que cada padre manifiesta respecto al hijo y rescatar la función qué cada uno puede llevar a cabo para la crianza. Con los menores trabajamos especialmente a través del juego ya que es el medio en el que despliegan su mundo de fantasía así como de miedo y angustia, por lo que al abrirles este espacio poco a poco pueden ir sintiendo cierto alivio. Y, en el caso de los adolescentes es a través de la palabra, de una escucha sin juicios, que van consiguiendo verbalizar sus preocupaciones y van construyendo su camino.
Referencias bibliográficas:
- Rius, M. (2020) Vuelta al cole: cómo gestionar el miedo y la incertidumbre de niños y de mayores. La vanguardia. Recuperado de: https://www.lavanguardia.com/vivo/psicologia/20200830/483137443756/ninos-vuelta-cole.html
- Mayol, A. & Molina, M. (2016) Aprendiendo a observar la ansiedad en nuestros hijos: la vuelta al cole. Actualidad y Psicoanálisis. Recuperado de: https://www.actualidadypsicoanalisis.com/aprendiendo-a-observar-la-ansiedad-en-nuestros-hijos-la-vuelta-al-cole/