¿Quién no ha sentido la soledad alguna vez?

¿Sentimiento de soledad en tiempos de Pandemia?

Nuestros pacientes hablan con mucha frecuencia sobre la soledad; el doloroso sentimiento de sentirse desconectado de los demás. ¿Quién no se ha sentido solo alguna vez?

– Desde nuestra infancia cuando parecía que todo el mundo tenía un mejor amigo, menos uno mismo

– Hasta esa noche que pasaste solo cuando habrías deseado tanto tener compañía.

– O en aquella otra, tendido junto a tu pareja cuando de hecho sabías que la relación se había terminado.

Hoy día y dadas las limitaciones que impuso la pandemia los sentimientos de soledad pueden hacerse más acuciantes y como psicoanalistas nos veamos obligados a reflexionar sobre sus causas, efectos y consecuencias en nuestra calidad de vida, nuestra salud física y por sobre todo en nuestra salud mental.

La soledad que nos habita es un fenómeno general e inherente a la existencia humana. En su vertiente positiva, nos dice muchas cosas sobre nosotros mismos y  nuestro lugar en el mundo, pero también es una emoción con una importante valencia negativa por el dolor y malestar que implica.

Aunque no puede considerarse una enfermedad ni que en sí misma sea patológica, sí puede llegar presentar diferentes manifestaciones sintomáticas en función de nuestra historia y/o la patología presentada, así como diferentes conductas dirigidas a evitar y/o desconocer el dolor que nos produce. Así altos niveles de soledad correlacionan con depresión, pensamientos y comportamientos suicidas, dificultades para la autoregulación emocional, problemas de sueño y trastornos somáticos.

Según observa Lorenza Escardó una de las consecuencias más graves de la soledad es que nos desconecta de los otros, de nuestros lazos y vínculos significativos. Y de esta manera nos desconecta también de nosotros mismos y de partes importantes que solo pueden existir a través de los lazos que nos unen a los otros.

Por ello la Soledad es una experiencia íntimamente relacionada con el Amor, ya que sin soledad no habría deseo de buscar y encontrar a un otro. Sin embargo este proceso no resulta tan sencillo y hay quien vive la soledad con un gran desasosiego.

Hay que pagar un precio por el amor y la soledad es parte de ese precio. Quien ama o quiere a otra persona experimentará soledad en el momento el que esa persona ya no esté, cuando nos haya dejado física o emocionalmente.

En CPPF sabemos que aunque todos nos sentimos solos de vez en cuando, la vivencia de la soledad se vuelve problemática y/o sintomática cuando nos colocamos en los extremos de este criterio: tanto quien no haya experimentado nunca este sentimiento, como quien se sienta solo de forma crónica, sufre alguna forma de déficit emocional.

La psicoterapia psicoanalítica es una experiencia de soledad y a la vez de encuentro con un otro, un profesional que acompaña. Este encuentro crea un espacio donde los pacientes podrán inventar nuevas formas de enfrentar y afrontar su soledad y darle una salida menos desoladora. Esto permitirá que en adelante y en los sucesivos encuentros, vivamos nuestra propia soledad así como la del otro con menos frustración e inseguridad, pudiendo experimentar un amor más digno, más maduro y menos sufriente.

Referencias bibliográficas:

  • Allegro, F. (13 de marzo de 2021). Jornada en Psicopatología. Dilemas y reflexiones para la psicopatología: los efectos de una propagación global (COVID-19). Maestría en Psicopatología y Sociedad Argentina en Psicopatología de la Asociación Médica Argentina.
  • Lotersztein, L.J. (2020). De amor y soledad en los tiempos que corren.
  • Svendsen, L. (2017). A Philosophy of Loneliness. Reaktion Books. Disponible en Amazon

 

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