Con la entrada de la pandemia de COVID-19, se produjo un cambio repentino e inesperado en el transcurso de nuestras vidas, dejando en cada uno de nosotros una huella de la que iremos sabiendo con el paso del tiempo.
Actualmente, con el comienzo de la vacunación parece que se vislumbra una salida, una esperanza a un tiempo mejor. Sin embargo, para conseguir salir de estos tiempos que han sido sumamente complejos, es importante pensar acerca de qué cambios se han podido producir en cada uno de nosotros, así como, en la medida las posibilidades de cada uno, elaborar las pérdidas que han podido darse, para más adelante, cuando el dolor se apacigüe conseguir sacar algún aprendizaje de lo ocurrido.
Entre nuestros pacientes es habitual escuchar cierta nostalgia de que todo tiempo pasado fue mejor, y aunque hay una parte razonable en ese discurso, colocarse en ese lugar imposibilita seguir avanzando tanto individualmente como en sociedad.
Porque, ¿acaso es posible volver a tener la misma vida de antes? Y además, ¿no podría suponer entrar a repetir determinados comportamientos pasados que no nos fueron tan útiles?
La vida de cada individuo es una suma de procesos, desde que somos pequeños nos aventuramos en diferentes experiencias que terminan para dar comienzo a otras. Con la pandemia sin duda entramos en un proceso, con aspectos comunes y otros diferentes en cada uno.
Por tanto, este tiempo vivido y en el que aún continuamos, podría servirnos para empezar a reflexionar y preguntarnos por lo sucedido, dando así cabida a la introducción de cambios que pueden venir dados por la capacidad creativa e inventiva de cada individuo y como sociedad. De hecho, durante este tiempo se han visto iniciativas interesantes que antes eran impensables y que probablemente muchas de ellas se queden instauradas en nuestra sociedad.
Sin embargo, actualmente se aprecia una sensación de fatiga pandémica entre la población que no se puede obviar, acompañada de mayor o menor dolor en función de las pérdidas que se hayan dado.
Por lo que, en nuestra Consulta de Psicoterapia Psicoanalítica y Familiar (CPPF), ofrecemos un espacio para que cada paciente se conceda un tiempo para elaborar las pérdidas que haya podido sufrir y de este modo, pueda conseguir reengancharse a la vida. Este proceso es íntimo y particular en cada paciente y, la solución frente al sufrimiento que irá construyendo será lo que le permita hacer algo cuando la vida se torna insoportable. Si las dificultades son mayores, puede complementarse con la medicación correspondiente, pudiendo ser recetada también en la consulta (CPPF) al contar con Ignacio Vera psiquiatra y psicoterapeuta.
Referencias bibliográficas:
- Nasio, J.D. (2007). El dolor de amar. (2007). Gedisa, S. A. Barcelona, España.
- Irizar, L. (2021). Lo insoportable ¿cómo se soporta? Club de lectura: Al pie de la letra.