El mes de septiembre supone el regreso de las vacaciones y la vuelta a la rutina para una gran parte de las personas, pudiendo aparecer determinados malestares psicológicos. Profesionales de la salud mental describen este estado bajo el nombre de síndrome, estrés o depresión postvacacional, el cuál consistiría en la aparición de síntomas como; irritabilidad, fatiga, bajo estado de ánimo, ansiedad, etc., en los días previos a la incorporación al trabajo o a los estudios. Además, a este año se sumaría la vuelta al trabajo o centro de estudios de manera presencial para algunos trabajadores y alumnos, tras más de un año realizándolo de manera online.
Para comprender mejor las dificultades que se presentan en el final del periodo estival, es interesante también preguntarse qué se pone en juego durante la etapa de vacaciones que hace que el tránsito a la jornada laboral suponga más o menos complicaciones:
- Se reducen las responsabilidades, aunque algunas se mantienen y aparecen otras nuevas como por ejemplo, la requerida para la organización de un viaje. Pero, por norma general, son responsabilidades más gratificantes.
- Se dispone de más tiempo para reflexionar sobre determinados asuntos personales o familiares, que durante la ajetreada rutina a veces resulta imposible.
- Se tiene más disponibilidad para tener encuentros con amigos/familiares a los que durante el curso no se ha tenido posibilidad de ver o no con la frecuencia deseada.
Sin embargo, durante este periodo también nos encontramos con determinados problemas, y es que, hay para quien darse un tiempo para reflexionar le resulta insoportable, así como, los encuentros no eximen de conflictos.
De otro lado, es frecuente idealizar la situación del pasado, se cree que todo tiempo pasado fue mejor. Esto puede suponer un obstáculo a la hora de hacer más llevadera la vuelta a la rutina. Si bien, nos encontramos ante un cambio, y como en todo cambio se producen una serie de movilizaciones físicas y psíquicas con las que hay que lidiar.
Cómo decimos y por lo general este tránsito se lleva a cabo de forma normal cada año y varía según las particularidades de cada persona. Según la experiencia de Lorenza Escardó, psicoterapeuta de la Consulta de Psicoterapia Psicoanalítica y Familiar (CPPF), cuando este proceso se complica generalmente tiene que ver con etapas de la vida donde esta vuelta a la rutina coincide con cambios importantes que supongan un afrontar lo desconocido, como; cambios de colegio, transiciones de la etapa escolar a la universitaria con los cambios geográficos que pueda implicar, fin de los estudios e inicio de la carrera profesional u otros cambios significativos para la persona.
En CPPF trabajamos con estas complicaciones para que la persona pueda dar comienzo a una etapa con menos malestar, no obstante, aceptando que las dificultades forman parte de cualquier proceso.
Referencias bibliográficas:
- Arana, I. (2021) La vuelta presencial acentúa la depresión posvacacional. El País.
- Carmona, R. (2021). Síndrome posvacacional: ¿un malestar pasajero o señal de que deberías cambiar de trabajo?. La Vanguardia.
- Pont, E. (2021) ¿Cómo hacer que los niños se reenganchen a la rutina después de las vacaciones? La Vanguardia.